Ella es una niña de unos 10 años, que tiene un autismo muy severo, prácticamente no habla, solo repite algunas palabras. También es muy agresiva, no sólo con los demás, sino con ella misma.
Más allá de eso, tiene muchas actitudes típicas de un niño, le gusta jugar, o simplemente que estén con ella; es un poco tímida cuando conoce gente nueva, o cuando hay mucha gente a su alrededor. Recuerdo que al principio me costaba mucho estar a su lado, pero nunca dejaba de intentarlo.
Después de varios golpes en la cara, o en los lentes, aprendí a estar con ella. No es algo agresivo, sino que pareciera un espasmo, así que ahora que ya nos conocemos más, intento cada vez hacerla un poquito más feliz, sin que sea demasiado, para que no se descontrole. Es una tarea delicada.
Pensar que las primeras veces nos quería pegar o gritaba, y ahora siempre que nos ve, vienen directo a nosotros, nos agarra de la mano y nos lleva con ella. Recuerdo, incluso, un día en el que me recibió con un abrazo; casi me muero de ternura.
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