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Foto del escritorJudit Masramón, Brasil

Maestros de vida

Porque si intento pensar qué aprendí sobre lo que es ser FIEL, llega a mi mente el rostro de V., una adolescente con retraso madurativo que pasa cada día por nuestra casa y saluda por la ventana con un “oi tías” (a veces 3 o 4 veces al día) exigiéndonos un poco de atención.

O en L., que llega casi cada día a nuestra casa en tiempos normales a rezar el Rosario, o bien temprano por la mañana, manteniendo una amistad fiel con nuestro Punto Corazón durante años.


Porque cuando pienso qué es tener un corazón ALEGRE y AGRADECIDO, descubro el rostro de J., su sonrisa, las conversaciones con ella sobre lo feliz que es con tan poco, con sus plantas, sus flores, con el sol por la mañana temprano.


Porque cuando pienso en qué significa vivir CONFIADO y ABANDONO EN DIOS, imagino el rostro de Doña C., a quien mataron su nieto en la calle y recordando su rostro veo sus lágrimas y como ella ofrece todo ese dolor como acto reparador… y es capaz de levantar su mirada hacia el cielo y vivir con un corazón agradecido y confiado en la misericordia de Dios.


Porque cuando pienso en qué significa ser HUMILDE, PACIENTE y PERSEVERANTE, llega el rostro de SR. J. que está en silla de ruedas y vive solo. Él me enseñó que “para que una comida sea rica hay que hacerla despacito y con delicadeza, porque si estamos ansiosos o apurados no podemos hacerla con amor”, y él mismo lo hace experiencia: cocinándose cada día, recibiéndonos en su casa simple pero siempre limpia, con el esfuerzo que ello conlleva.

También pienso en Doña H., “nuestra mamá negra”, como ella misma gusta que la llamemos, que a pesar de su vejez, de los dolores de su cuerpo y de su ceguera tiene también su casa impecable y tan digna. Tengo viva la imagen de su cuerpo curvado, limpiando el piso con sus propias manos…


Porque si pienso en qué es tener CORAJE y DETERMINACIÓN, puedo ver claro el rostro de N., que cría sola a sus 3 hijos y da todo para que tengan un estudio y un futuro, que mueve cielo y tierra para colocar un ladrillo más en la humilde casa que está intentando construir con tanto esfuerzo. Veo a su hija practicando con su violonchelo, tan dedicada y estudiosa, y siento admiración y un gran amor por esa mamá, que piensa siempre primero en la realización de sus hijos.


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