Alicia es una niña de 11 años que vive en nuestra misma cuadra. Tiene un temperamento un poco melancólico y defensivo. Al contrario del resto de niños se sienta lejos de todos, solo observando y queriendo mostrar indiferencia. Un dia me acerqué y le pregunté si quería que jugara con ella, y con sus enormes ojos de alegría dijo que sí. Desde ese momento no ha parado de buscarnos en casa con cualquier excusa, para lavar los platos, para almorzar, para rezar con nosotras, hasta el punto que es la más perseverante de todos los niños en rezar.
Tanto era la emoción de estar junto a nosotras que un día llegó a misa; ella nos pidió acompañarnos después de haber pedido permiso a su mamá. Llegando al templo, me tocó su cara de asombro, Nos imitaba en todos nuestros gestos y acciones, hasta que llegó el momento de la comunión. Cuando vio que todos iban a recibir el Cuerpo de Jesús dijo: "Hermanita, ¿puedo ir yo?". En ese momento el Padre menciona que solo los que están debidamente confesados pueden comulgar, y al toque dice, “Hermanita quiero confesarme”, pero no tenía ni un solo Sacramento. Intentamos explicarle de forma breve que tenía que recibir sus sacramentos primero, por lo que se quedó un poco triste porque ella tenía mucho deseo de comer ese pancito.
Así empezó la pequeña Alicia a acompañarnos cada día a misa, siempre con la esperanza que le dieran ese pancito, explicándole constantemente que ese pancito que ella deseaba es el Cuerpo de Jesús. Creímos que no nos prestaba atención pero llegó un momento en que nos preguntaba durante las misas: "¿ya casi dan a Jesús?"
Hasta que un día su deseo no pudo más y el día de la despedida de Rebecca se acercó y dijo: “Hermanitas quiero Bautizarme”.
Ahora ya lleva más de 3 meses preparándose para el bautismo y la primera comunión. Ella nos acompaña a todos lados hasta el punto que la llamamos pequeña misionera. Tiene tanta sed de Dios que me enseña cada día el amor a la eucaristía y la fe en los sacramentos, porque ella desea acercarse más a Jesús y sabe que ahí está el camino de su felicidad. Jesús dijo: "Dejad que los niños vengan a mi, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” Mateo 19:14
Comentarios