top of page
Foto del escritorMacarena Gómez, Perú

Su amistad perfuma nuestras vidas


Dios ha tenido la delicadeza de regalarnos, allí, en la parroquia, a través de este nuevo apostolado, amistades inimaginables, de esas que responden al deseo del corazón.

Fue en una de estas misas virtuales, a las que pocos tenemos la Gracia de asistir, donde conocimos a Andrea, una joven que vive a tres cuadras de nuestra casa, pero que no habíamos visto antes. Bastó mirarla, y escuchar de su boca unas simples palabras, para maravillarnos con su alegría, su testimonio de entrega y su sed de Dios. Desde el primer día, la amistad con ella florece y perfuma nuestras vidas. Tiene la sencillez y la humildad de abrir su corazón, reconocer sus heridas, cuidar la de los demás, sin dejar de buscar la Verdad.


La amistad con Andrea es bastante reciente, pero su disponibilidad es tan grande, que nos ha permitido compartir muchos encuentros profundos y significativos. A los pocos días de conocerla, por ejemplo, supimos que se fracturó el pie. Gracias a Dios, no fue grave, pero le impedía movilizarse. De inmediato, visitarla y pasear con ella en su silla de ruedas, se transformó en nuestro nuevo apostolado. Qué privilegio llevarla a misa la primera vez desde su accidente y escuchar del Evangelio: “Lo pusieron en medio, delante de Jesús” (Lc. 5, 19).


Así vivimos nuestros días con Andrea, cargados de sorpresas y regalos, todos de Dios. Ella misma, nos presenta personas que habitualmente visita porque están solas. Marcela, Jorge y Francisco, son algunos de los nuevos amigos que recibimos, gracias a su docilidad, como instrumento en manos de Dios.

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page